EL PISO DE BARCELONA

Os voy a contar una cita a ciegas que tuve, soy una ninfómana viciosa y me encanta quedar con chicos para tener sexo siempre que puedo…

Llegué al piso donde habíamos quedado en Barcelona, subí y nada más entrar me afirmaron que anduviera a 4 patas hasta una habitación anexa. Les hice caso, pues en ese instante ya era suya, y comencé a pasear por el suelo como si fuera una perrita hasta donde me guiaron. Mientras que avanzaba me daban azotadas en el trasero y me llamaban puta. Asimismo me vertían por encima los restos de bebida que habían quedado en los vasos. Al llegar a la habitación uno de ellos ya me aguardaba recostado en cama, desnudo por supuesto y con la polla muy dura.

El que venía tras de mi, me sujetó de la cintura y me puso encima de su compañero. Me lamía la cara y mientras el otro había ido a por unas tijeras. Me cortaron las bragas y me dejaron totalmente desnuda. Yo respiraba realmente fuerte y el corazón lo tenía a mil. Aprecié como su erecta verga se puso sobre mi empapada vagina. Lo único que acerté a decirle es que por favor se pusiese condón. Me dijo que era una puta y que me callase, mas si se puso el condón finalmente.

Me relajé y me dejé follar. Primero me la metió hasta la mitad y entonces pegué un grito tremendo. Era una mezcla de dolor y mucho placer. Tras esto me la metió sin piedad hasta el fondo, a lo que el grito fue todavía mayor. Comencé a sudar y a moverme con eso dentro como una perra en celo, les gritaba que era una de sus maduras y que no tuvieran compasión conmigo. El otro no pudo resistir la excitación y me embistió por detrás con dureza. Estaba tan sudada y caliente que mi culo parecía de mantequilla, con lo que entro a la primera y hasta el fondo.

Otras veces que he practicado sexo anal me han debido meter primero múltiples dedos para ir abriéndomelo; esta vez, entró a la primera hasta el momento en que sus huevos chocaron contra mí. La doble penetración fue corta, puesto que en poco más de diez minutos aprecié como mi trasero se llenaba de leche calentita. Esa sensación me vuelve loca. Por último el que me lo hacía por el coño se corrió.

La sacó y le quité el condón para limpiársela. Mas tardó poco en regresar a correrse, esta vez en mi boca. Me la lleno toda de leche, cosa que también me pone cachonda porque el sabor del semen me encanta. La leche emanaba de mi boca por toda mi cara. Entonces el chico este se fue y el otro me afirmó que era su turno. Cuando se me llenó la boca tuve otro orgasmo, mi coño estaba rebosante de líquido espeso. Igual que el precedente se calzó el condón y me folló. Este marcaba mejor el ritmo y no se corrió tan deprisa como en el momento en que lo masturbé. Lo echó todo sobre mis tetas. Yo me quedé tendida en cama, reventada, mas todavía aún no había acabo la noche y ni en los mejores videos xxx soñé que estoy podría ser realidad algún día…

Cuando estaban los 2 juntos nuevamente me solicitaron que me pusiese en el suelo a 4 patas nuevamente. Trajeron un cinturón, me lo liaron al cuello y me comenzaron a decir que andara. Yo era su perra y me guiaban por el corredor casa a dentro. De nuevo me golpeaban (controladamente) y también insultaban. Llegamos hasta el baño. Me metieron en una ducha y anudaron la otra parte del cinturón al toallero.

Estaba ya algo agotada, pero quería cumplir una de mis fantasías preferidas, me hice la idea de que me habían raptado con fines sexuales y eso me ponía cachonda. Con lo que apoyé la espalda a la pared y les afirmé que era su puta y que me podían hacer cuanto quisieran. Cerré los ojos. De repente noté que estaba meando en mi cara: ¡al fin probaba el pissing!. Jamás lo había probado pero ese día descubrí que me encanta que se orinen encima de mi. Me llenó la cara, el pelo, la boca y en general todo mi cuerpo. Aunque parezca increíble me corrí sin tocarme solo sintiendo su pipí chorrear encima de mi. También descubrí que era aún más puta de lo que yo había imaginado…

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